Monseñor Marcelo Benítez asume como primer obispo de la nueva Diócesis de Caazapá en una jornada cargada de emoción y simbolismo.
En un día que quedará marcado con tinta dorada en la historia de Caazapá, el pueblo entero se volcó a recibir al hombre que encabezará su destino espiritual: Monseñor Marcelo Benítez, el primer obispo de la flamante Diócesis de Caazapá. La ordenación episcopal y toma de posesión canónica fue mucho más que un acto religioso: fue un acto de identidad, de fe, y de pertenencia.
La Catedral San Pablo de Caazapá se convirtió en el corazón palpitante de una multitud emocionada, entre ellos autoridades nacionales, departamentales y municipales, que se hicieron presentes para ser testigos de este nuevo capítulo en la vida de Caazapá.
El gobernador Christian Acosta, acompañado de la primera dama departamental Sandra Morel, selló el momento con un gesto profundamente simbólico: la entrega de un mapa del departamento que reúne todas las parroquias de la diócesis. No fue solo un obsequio: fue una promesa de trabajo conjunto entre la Iglesia y el Gobierno, por un Caazapá con fe, valores y desarrollo para todos.
“Mi deseo es que caminemos juntos. Desde cada parroquia, cada comunidad, cada rincón… por el bienestar de nuestra gente”, expresó el gobernador, visiblemente conmovido.
La creación de la diócesis no solo descentraliza la estructura eclesiástica paraguaya. Le da voz y autonomía a un pueblo que ahora se convierte también en centro espiritual del país.